En la vida debes aceptar que la naturaleza humana, debido al vehículo mental, se basa en el miedo y la duda.

El miedo a su vez, crea la conexión natural de la mente con la escasez y la falta de gratitud.

Si abres tu corazón, veras que la Madre de todos estos hijos: Apegos, Aversión hacia algo o alguien, Miedos y Ego, es la Señora Doña Ignorancia.

Lidiar con nuestra propia ignorancia e interactuar con la ignorancia ajena se conoce como el Juego de la Vida. Incesantemente esa Madre entra en parto y da a luz una y mil veces a sus hijos en nuestra vida. Caos interno, juicio y tristeza son sus síntomas.

No solo eso, dudas, enfermedad en cuerpo y la mente, retrocesos, no avanzar como deseamos, son parte de los grandes obstaculos del camino de sanacion y crecimiento espiritual (9 en total).

Estar encarnados no es fácil. Es un desafío vivir una vida con propósito pues los desvíos ocasionados por la ignorancia, serán constantes. Es fácil cansarse. Es fácil sucumbir ante el desánimo, el miedo y la falta de certeza. Entiende las caídas pero levantate.

Entonces el Alma debe despertar y conectar con la compasión, la gratitud y el amor incondicional… todo esto generado a través de la conexión con el Conocimiento y Sabiduría Espiritual. Estos son los antídotos contra la Ignorancia, Madre de los hijos que tratan de hacer MISERABLE LA VIDA HUMANA.

El Maestro Jesus, en el pasaje de la Ultima Cena sabía que Judas Iscariote lo iba a traicionar y aun asi, no lo echo, no lo ataco. El Maestro entendió que su función en el grupo era la traición. Acepto y eligió el amor hacia quien lo iba a dañar. No lo detuvo. No lo convenció. El Maestro entendía que era un proceso del alma de Judas y lo dejo en libertad para traicionarlo. Lo mismo paso con Pedro. Jesus le anuncio que lo negaría

Todos vamos a enfrentar los 9 Obstáculos para sacarnos de nuestro camino espiritual. Todos vamos a enfrentar la Ignorancia y sus Hijos. Todos vamos a caer y fallar. Pero…

El Amor, la Compasión, la Gratitud y el Conocimiento Espiritual serán nuestras herramientas para levantarnos y seguir.

Elizabeth Taylor